viernes, marzo 29, 2024
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Huesos de ballena en Muxía. El pasado ballenero de un pueblo

Según fuentes orales hace cuatro décadas aparecieron en un solar del casco urbano de Muxía huesos de ballena, y aseguran que no es la primera vez que aparecen restos óseos de dicho animal en las casas del municipio, que se utilizaban para la construcción de viviendas.

El lugar era el solar de la Caja de Ahorros de Muxía, al estar dicho banco en obras fueran encontrados dichos huesos. Los huesos fueron usados posteriormente de relleno en O Coido. También en el solar del cine de Muxía encontraran enterrados en el, huesos de ballena. Son datos que puden acreditar que Muxía fue un puerto ballenero. Diversos autores piensan que la ría de Camariñas fue uno de los puntos da Costa da Morte donde se capturaban ballenas en la Edad Media, desde el siglo XIII.

Tenemos referencias a estas capturas en Malpica, Caión, Laxe, Camelle y Cee. La Gran Enciclopedia Gallega añade también a la ría de Camariñas como zona de balleneros en el siglo XIII cuando los vascos empiezan a recorrer Galicia para capturar la ballena franca. Autores como Valdés Hansen, Lino Pazos o Rafael Lema (Costa da Morte, Crónica Marítima), acreditan y corroboran que la costa de Muxía y Camariñas era zona de paso de caza non hay duda, de hecho quedan restos de esta pesca en la toponimia (Atalaia, Gurita, As Baleas) y la demarcación del pósito de Camelle abarca la zona de As Baleas de o Vilán.

Como las factorías donde se instalaban era fuera de las poblaciones, los restos de Muxía del solar del cine pueden responder a un almacén medieval de una zona fuera entonces del casco urbano, a un depósito para o su embarque o a un uso de huesos para la construcción de una vivienda, esta última hipótesis que cité se puede corresponder con la procedencia de los huesos encontrados en las obras del edificio de la caja de ahorros.


Monasterios como Sobrado dos Monxes tenían feudos en Bergantiños. Y también la granja de Reparada (Covas,Ferrol) en la que en el año 1286, el rey Sancho IV de Castilla, El Bravo, le concediera al monasterio de décimo de la «baleaxe» (la pesca da ballena) que se matara en el puerto de Prioiro, eran principalmente marineros vizcaínos y guipuzcoanos los que se encargaban de las faenas. Un traiñón o chalupa ballenera de 3 m. de eslora, aparejado con dos velas usado más tarde en esta caza puede verse en el museo de San Ciprián. La caza da ballena está documentada en los puertos vascos desde el s. XII. En el s. XIV, una crisis de las capturas, trajo a los vascos a Galicia donde crearon asentamientos temporales. Muchos gallegos fueron entrando también en esta pesca. En Galicia, la industria tuvo apogeo entre los ss. XVI y XVII. A los citados puertos de la zona juntamos a los de A Mariña Lucense: Rinlo, Foz, Nois, Burela, San Ciprián y Bares.

El sistema de caza fue introducido por los vascos:

«Las matan de la siguiente manera: se suben a una atalaya a la punta de una sierra que cae sobre el mar y de allí ven de lejos saltar gran cantidad de agua para arriba haciendo mucha espuma, y cuando la ballena tiene la mitad del cuerpo fuera del agua, la atalaya dá aviso a los marineros, los cuales armando sus barcas y poniendo dentro mucha cantidad de cuerdas y unos cabos atados unos dardos arpoados se van a ellas, y tirándoles como se sienten heridas van luego muy bravas mar a dentro; llevando metidos aquellos arpones y los pescadores dándoles siempre cuerda las siguen hasta que ya desangradas y perdida aquella furia las traen tirando de ellas hasta tierra, donde haciendo grandes fuegos sacan de ellas mucho aceite». (Bartolomé Sagrario de Molina, Ldo. Molina, Descrición del Reino de Galicia y de las cosas notables del)

Segundo el informe del museo de San Ciprián «Las manadas de cetáceos, principalmente la ballena vasca (Eubalaena glacialis ou Eubalaena Biscayensis), se cobijaban por el Cantábrico en su ruta migratoria desde el Atlántico Norte, entre los meses de octubre y marzo. En esta época, la flota, integrada por una chalupa principal y otras auxiliares, tenían el aparejo preparado para salir al mar en cuanto al atalayero dé ese aviso de ballena. Las chalupas gallegas medían entre 6 y 8,5 m. de eslora y portaban dos palos con sus correspondientes velas. La tripulación estaba compuesta por ocho o nueve hombres».

En Galicia en la primera mitad del s. XVII, la industria ballenera dio lugar a un productivo intercambio comercial con el resto de el área cantábrica, llegando a Francia. Entre a finales del s. XVII y principios del XVIII se produce a decadencia definitiva de la caza de ballena en nuestras costas. En el 1615 hubo en Camelle un nuevo intento de crear una factoría. No tenemos datos de pescas o cobro de diezmos de ballena de monasterios o nobles en la ría de Camariñas.

FOTOS: gipuzcoakultura.net ,Crónica Marítima da Costa da Morte (Rafael Lema)

 

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