viernes, abril 19, 2024
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Como la Virgen salvó a nuestros marineros de huracanes, corsarios y piratas

Hemos comentado en otro artículo el curioso trabajo de Thomas de Granda: Historia Y Milagros de la Prodigiosa Imagen de Nuestra Señora de Begoña Especial Abogada y Protectora Del Muy Noble y Muy Leal Señorío De Vizcaya. Bilbao 1699. Segunda Edicion 1700. Sobre marinos gallegos encotramos en GRANDA (Historia, p. 207-II, 219-21 y 264-6) varios casos de barcos de cabojate muy conocidos en las rías de Camariñas y Fisterra, como los de Ioán Fernández de Muros, o el del vasco Basarán, que llevaban nuestra sardina a Bilbao; por ello son documentos excepcionales ahora recuperados tres casos de milagrosas intervenciones de la Virgen de Begoña a marineros gallegos. Como salva a un bajel de un huracán, a una flota de la tempestad, a otro del ataque de una esquadra de corsarios ingleses y a un tercero de piratas herejes.

SALVA LA VIRGEN A UN BAJEL GALLLEGO TRAS ESTAR TRES DIAS DEBAJO DE AGUA

Cap 33. Libra Nuestra Señora a unos marineros que combatidos de una deshecha tempestad de mar, se vieron por tres días con su baxel debaxo del agua. 1617.

En el principio del Año de mil seiscientos y diez y siete, llegaron a esta Santa Casa, unos Marineros de Galicia con su Maestre Ioan Fernandez, en cumplimiento de su voto, que pocos días antes en el mar avia hecho a esta devotisima Imagen de María; que les avía libertado, con evidente prodigio, de un riesgo manifiesto. Por Enero deel mismo Año, el dicho Ioan Fernández, Maestre de marinería con otros algunos compañeros, salieron de la Villa y Puerto de Muros del Reyno de Galicia, la buelta de Bilbao. Porteaba en su Baxel, que era bastante corpulento, sardina y algun otro genero de pescado.

Caminaron sin embaraço algun tiempo, pero sobreveniendoles á deshora una terrible tempesatd deshecha: aprehendieron, como era asi, avia de escapar las vidas con muchisima dificultad. Creció el uracan, y al compás del viento bramaban las olas, armando cpontra el pobre Baxel la cólera de sus espumas. Anhelaba la destreza del Piloto declinar sus iras; y dando bordos procuraba mantenerle: quando por la gran contradición, no podía adelantarle. Perdieron por último el timón; y ya totalmente desjarciados se vio el Baxel sujero a tirano arbitrio, de los dos inconstantes elementos. Sube hasta el Cielo, y desciende hasta el abismo, pensando ya en las hondas su sepulcro o en las nubes su despeño.

Sumergiose en fin, y tragaronle las aguas; en cuya región se vieron los dichos Marineros, dentro del propio Navio, por el espacio de tres dias, y viendose en tan manifiesto peligro, de acabar con el ultimo aliento, en tan penoso ahogo, imploraron de corazón el favor Divino, como desde que la tempestad Comenzó avían hecho. Toda su esperança ponian, y avian puesto en Nuestra Señora de Begoña, y nunca la perdieron del todo, aun viendose ya sepultados en el agua. Prometieron venir en romeria y hacer celebrar una solemne Misa; si como podia, los librava. Fue cosa portentosa que sin saber como ni por donde, se vieron con su Navio desde el profundo del agua, sobre el Puerto de Santoña, sin menoscabo alguno de la mercaduría.

No se perdió, en tranze tan horroroso, con aver andado tres dias como hemos dicho, debaxo de las aguas, mas que las jarcias y velas. Caminaban como absortos, de lo que les avia pasado, y agradeciendo a su Divina Protectora la portentosa merced: anhelaban ansiosamente devotos, verse ya a los pies de su Magestad. Entraron despues de pocos dias, en Bilbao, y cumplieron su deseo, viniendo se aquella Villa a esta Santa Casa. Donde desempeñada su promesa, hizieron celebrar una solemne Misa, dando, conforme a su posibilidad una decente limosna. Este milagro por lo que los dichos navegantes juraron y depusieron fue celebre en todo este territorio y oy se mira historiado en un Retrato que adorna este santo templo.

SALVA LA VIRGEN DEL ATAQUE DE CORSARIOS

Cap 50. Pedro de Bazarán de Bilbao fue librado de una borrasca en 1628 por el favor de la Virgen. En 1630 de nuevo se vio favorecido por la virgen «por segunda vez, librado de un gran riesgo en el mar». «Venía de la Villa de Pontebedra del Reyno de Galicia con su Navio Cargado de Vino para Bilbao». Su caso se muestra historiado en el santuario.

Sucedió pues que viniendo por el mes de junio en compañia de otros Navios ya no muy lexos de estos vezinos Puertos dieron impensadamente en una Esquadra de Ingleses Cosarios quienes reconociendo las pocas o ningunas fuerças de los mercantiles les acometieron por uno y otro lado con tan furiosa carga y bateria que en breve juzgan suya toda la presa. En fortuna tan esquiva acudió el dicho Pedro de Basaran con su acostumbrada fe y devota confianza a su único Asylo, Nuestra Señora de Begoña, y de lo mas recio de la escaramuza y agrio del peligro; se vio, sin saber por donde libre, el solo: tan distante de ellos, que apenas los percivia por alexados; aunque sentía muy cerca el continuado estruendo de los tiros.

SALVA LA VIRGEN DEL ATAQUE DE PIRATAS HEREJES

Cap 52. Libra Nuestra Señora De Begoña a unos devotos suyos de un gran peligro en el mar. En este caso a unos navegantes de Pontevedra.

El sábado 27 de abril de 1630 salia de la Villa de Pontebedra para la de Bilbao Con un Navio cargado de vino, Pedro Núñez de San Vicente vezino de la dicha Villa de Pontebedra, con otros diez oficiales de Marineria. Y cerca del parage que se dice la Estaca del Valle (Bares); les sobresalta un Pirata herege con un fortisimo y bien guarnecido Navio, en que iba gran numero de soldados Ingleses y Rocheleses con toda prevencion de armas, mosquetes, artilleria, y sobradas fuerzas, para mayor empresa que esta; que juzgaban ya conseguida, por parecerles no podía el mercantil Gallego hazerles resistencia.

Acometiole, pues, el Pirata con no ligera bateria, y abordando los hereges, ganaron a los Gallegos, casi todos los mastiles. Eran estos pocos, los Piratas muchos y bien armados con que algunos juzgaron prudentemente que se debiera rendir con buenos partidos. Nunca fue el dicho Pedro Núñez De San Vicente de dictamen de poner en práctica la entrega, antes alentando a los suyos con fe animosa, les persuadía a la pelea, y la victoria «Que será (dezia) indubitablemente cierta, si llamamos en nuestra ayuda a Nuestra Señora de Begoña».

Hizieronlo assi: y todos a una voz la invocaron y prosiguieron con nueva desusada animosidad; peleando con tan bravo esfuerço, que dexaron los Piratas el sitio, que avian ganado mas que de pesso: saliendo del Navio pocos, porque muchos no pudieron. Viendo el Capitan Pirata lo mal que le sucedio, con un Navio de tan poca monta: empeño toda su fuerza, ya no tanto por la pressa, quanto por la mucha reputacion, que perdia.

Dio al Navio Gallego una reccisima carga cerrada con toda la artilleria, que era gruessa: con que le combatio con multitud de balas enramadas; pero quando juzgó que estava el Navio Gallego á fondo: le miró y admiró desaferrado, libre, y no poco lexos, con asombro de unos, y otros.

Pasmavanse los hereges del efecto, pero ignoraban la causa. Agradecian los Gallegos á la causa lo que por ellos sucedía: conociendo que era su Poderosa Abogada, Nuestra Señora De Begoña, la Autora de aquella maravilla. Y asi cantando con gala la Victoria Se la davan, como devian, unicamente a ella. Repararonse mas, y fue Cumplido el gozo quando advirtieron que no avian de los onze, ni un herido. Solo el Navio quedó muy maltratado: si bien pudo entrar en breve tiempo, sin peligro alguno, en la Villa de Bilbao.

Subieron descalzos los marinos al santuario con otros sus amigos a dar gracias a su Libertadora y Capitana. Ofrecieron una misa y el suceso se puso historiado en un lienzo en el templo.
 

SALVA LA VIRGEN LA FLOTA DE GALLEGOS Y PORTUGUESES DE UNA GRAN TEMPESTAD

Cap 62. Favorece Nuestra Señora De Begoña a unos devotos suyos, en una gran tempestad de mar. 1683.

Año de Mil seiscientos y ochenta y tres, vinieron a esta santa casa de Nuestra Señora de Begoña muchos Marineros, parte Gallegos, y parte Portugueses, con su Maestre Ioan Fernandez, descalços todos, conforme a la promesa que avian hecho, de venir así, á dar las devidas gracias á Nuestra Señora De Begoña, y hazer cantar una Solemne Missa, en agradecido reconocimiento del beneficio portentoso, que de su Clemencia avian recibido.Y siendo el Mestre preguntado por el Mayordomo de la Yglesia, que a la sazón era Nicolás de Bustrín vezino de la Villa de Bilbao, de los que les avia sucedido: Lo refirió en presencia de no poco concurso, de este modo.

Ya para entrar la Barra de Portugalete en nuestro Navio, que trayamos cargado de açucar, y otros generos, aviendo llegado a ella con viento favorable al entrarla se calmó el viento, y con esperanza de entrar la mañana del siguiente día con marea hechamos ancora con el mejor cable surgido. Esperabamos la aurora: quando de diez a onze nos sobrevino una tempestad muy recia, que por serlo tanto, y por el sitio, hizo mas apretado el riesgo.

Rompió el viento, despues de los menores arboles, y algunas jarcias el cable, que afiançaba el Navio, y hallandonos en tan conocido peligro de perdernos, sin tener de quien ampararnos; porque el socorro comun de las chalupas no lo podía ser en este aprieto, por lo intempestivo de la hora, por la bastante distancia de la ribera y por la deshecha tormenta, que lo impedia.

Con que viendonos tan sin favor humano, sin remedio perdido, segun humana providencia acudimos a la Soberana pidiendo su favor, por medio de Nuestra Señora de Begoña. Y apenas prometiendo venir descalços a su Yglesia, y hazer dezir una Missa invocamos su Piedad, quando experimentamos su favor. Vimonos improvisamente, y sin saber por donde, passada ya la Barra, en frente dela Yglesia de la Villa de Portugalete, que conocimos por la luz de dicha Lampara, que arde delante de una Imagen devota de Christo crucificado; y nos pareció que a a luz de dicha Lampara descubrimos conclaridad á Nuestra Señora de Begoña. Estavase, con admiración nuestra, el Navio quedo; y advirtiendo, que estavamos de todo fuera del peligro, le mandé (dixo el dicho Capitán) afiançar, y allí esperamos hasta el amanecer.

Venido el dia prosiguimos hasta la Villa de Bilbao, donde Saliendo a tierra, y dexando al Navio con Suficiente custodia, vinimos en cumplimiento de lo prometido a este Santo Templo. Asi depuso el dicho Maestre Ioan Fernandez en presencia de muchos; y eran de ellos el R.P. Fray Pedro de Ermua de la Serafica Religion Del Gran Padre San Francisco, Don Pedro de Mendieta cura de esta Santa Yglesia, y el ya mencionado Nicolás de Bustrin, y otros.

 

 

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