jueves, abril 25, 2024
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Marineros de Camariñas salvaron la galeota El Padre de Jamilid en 1832

MARINEROS DE CAMARIÑAS SALVAN LA GALEOTA EL PADRE DE JAMILID EN 1832

El capitán de la galeota de Dunkerque El Padre de Jamilid, pudo salvar su barco con la ayuda de varios marineros de Camariñas tras una incontrolable vía de agua en 1831. Entró con muchos problemas en la ría en donde estaba fondeado el guardacostas Perla, que le salió al encuentro y dio todo el auxilio posible, pudiendo varar en la playa.

Declaración tomada al capitán de la galeota de Dunkerque nombrada El Padre de Jamilid, reconociendo que con la ayuda de varios marineros locales consiguió parar su buque en una playa de Camariñas tras una incontrolable vía de agua.

«En la villa y puerto de Camariñas, a 17 días del mes de enero de 1831 (…) ante mí escribano y testigos pareció presente el que dijo ser llamarse don Juan Agustín Agil Vázquez, capitán de la galeota nombrada El Padre de Jamilid, de la matrícula de Dunkerque, Reyno de Francia, y dijo: que el día 8 del presente mes salió del puerto de Setúbal con un cargamento de sal, naranjas e higos con destino a Dunkerque (…) el agua le fue aumentando y la tripulación estaba fatigada de darle a las bombas durante 5 días seguidos con sus noches, hallándose en esta aflición y próximos a perder la vida, determinó, de acuerdo con la tripulación, arribar al primer puerto o ensenada de la costa que le fuese posible (…) al amanecer del día 15 reconoció tierra sobre el cabo Villano, a cosa de una legua, y volviendo a mirar la bomba observó 30 pulgadas por ora, y viendo que el buque estaba rendido, se ha visto en la dura precisión de arribar a la costa; y siendo las 10 de dicho día 15 viendo una lancha pescadora como a distancia de dos millas, le hizo señal con la bandera, la que obedeció, y entró a su bordo, y como la gente de su equipaje se hallaba sumamente rendida la tripulación de la lancha comenzó a dar a las dos bombas, pues de lo contrario se hiba seguramente a pique; y en este intermedio hallándose fondeado en este puerto el guardacostas llamado Perla, le salió al encuentro; su comandante, con lancha y tripulación armada, dio todo el auxilio posible, con el que pudo conseguir este puerto de Camariñas, y siendo las cuatro de la tarde varó en la playa de este puerto (…) pasando las autoridades, acompañados de peritos, a observar el buque varado en la playa hallaron que la causa que ha motivado tanta agua eran dos pedazos de costuras abiertas a popa, por la parte de babor (…) habiendo franqueado el comandante del guardacostas a su carpintero y a su calafate, al día siguiente se hallaba listo el buque, estanco de agua (…) estando el barco flotante se levantó improvisadamente un fuerte temporal por el norte, que con un crecido aguacero puso el buque sobre unas piedras, y habiendo bajado la marea le dijo el piloto que si quería salvar su buque le era indispensable echar en tierra o al mar sal (…) con consentimiento del cónsul francés y otras autoridades arrojó a la sal a la mar y pudo sacar el buque de las piedras (…) para que no sean de su cuenta los desperfectos en el buque y carga protesta una, dos (…)».

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