Otro de los muchos vapores ingleses sumergidos en las costas gallegas en el siglo XIX fue el Virent en el año 1890. Todo comenzaba cuando se encontraba ubicado a 70 millas náuticas de distancia de Cabo Ortegal cuando violento golpe de mar hace provocar una rotura en la hélice del buque, era el 23 de marzo. Fue en su auxilio el buque de su misma nacionalidad, el «Trekiere», dándole remolque al buque siniestrado.
Pero el temporal empeora y el «Trekiere» se ve obligado a cortar el remolque por el peligro que suponía para la tripulación y para el buque al no poder soportar los embates del oleaje reinante. El día 25 se ordena por parte del capitán el abandono del buque en las primeras horas del día. Así que se arriaron dos botes, uno con una quincena de hombres a bordo, entre los quince tripulantes se encontraban los pilotos, y el segundo bote cargaría con ocho tripulantes contando con el capitán. El último bote mencionado fue el primero en tocar tierra, y tocaron tierra en la playa de Chanteiro, donde se toparon con un hombre que los llevó hasta Mugardos, donde el cabo de la marina que allí se encontraba le dio la noticia a la Comandancia de Marina de Ferrol, enviándole dicha información al cónsul inglés que estaba en la capital de ferrolterra. Los supervivientes fueran alojados en la pensión «Vizcaína», ubicado en Ferrol Vello.
El «Triana», un potente remolcador salía del arsenal ferrolano con el objetivo de salvar al «Virent» que se hallaba vagando solitario por la costa de ferrolterra, pero no llegó a salir de la ría de Ferrol porque cuando se dirigía a salir de esta fue avisado por los vigías del Segaño, se había confirmado que el barco estaba encajado entre las rocas del Cabo Prioriño, en punta Tiraces, en las rocas conocidas como Niño dos Corvos o Parendes.
El destino del otro bote desgraciadamente no fue el más deseado, apareció volcado, también en la playa de Chanteiro, con seis hombres todavía vivos en el agua, de los cuales fueron rescatados por medio de cabos por los vigías de Segaño, mientras que los nueve restantes fallecerían desgraciadamente.
El «Virent» naufragaba definitivamente el 25 de marzo al mediodía, con el cargamento de maíz que transportaba con destino a Liverpool, cuando días antes había partido de Sulina, una ciudad ubicada en el Mar Negro. Este era un vapor de carga general, con un motor de 160 caballos,1.676 toneladas de registro bruto,79,2 metros de eslora,11 de manga y 3,81 de puntal. Tenía una tripulación de 24 hombres. Era un casco de acero botado en 1880 por los astilleros británicos de Short Bros. Pertenecía al armador James Westoll.
Un agradecimiento por parte del capitán del buque, el señor John Cliever se publicaría en el periódico «La Monarquía», un agradecimiento que sería redactado por el mismo, y que se despedía y agradecía la enorme hospitalidad prestada a los supervivientes aquellos días en la ciudad de Ferrol.
Esta información fue sacada del libro «Naufragios y Crónica Marítima de Galicia hasta 1899,de Fernando Patricio Cortizo.»
FOTOS: Wrecksite, cadena ser.