Una vez más el equipo de buzos del UBUFER de Ferrol al mando del comandante Lozano evitó un expolio de nuestro rico patrimonio submarino al retirar este jueves dos cañones del siglo XVI en Corrubedo.
Un equipo de siete buceadores de la Armada extrajo en aguas de Corrubedo (Ribeira) dos cañones de guerra localizados hace dos días por dos mariscadores de la cofradía de Aguiño que se encontraban recogiendo erizos de mar. Se trata de dos piezas de bronce: una de unos 800 kilos de peso y otra de aproximadamente la mitad, y de casi tres metros de largo. Un falconete y un cañón con una base singular, desconocida entre la artillería de la época recuperada en Galicia y probablemente de un obrador no ibérico. Los mariscadores aseguran haber visto un tercer cañón, desaparecido.
Los buceadores de la Armada, del equipo de Ángel Lozano, aseguran haber visto durante sus inmersiones un ancla y varias bolas de cañón. El mariscador José Caneda localizó el pecio en la zona de Laxe Brava, entre Corrubedo y Espiñeirido. Con él estaba Francisco Gabriel Abelleira, de Corrubedo, que iba a bordo de la embarcación Jabato.
El hallazgo se produjo a media milla de tierra y a unos veinte metros de profundidad. Uno de los primeros en recibir la alerta fue el investigador naval Francisco Sánchez Fraga, miembro del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la 15ª zona de la Guardia Civil de A Coruña en situación de reserva. Sánchez Fraga fue jefe de la base de mar de la Cruz Roja en A Coruña. Nacido en Corme pero afincado en Corrubedo desde 1992, apuntaba a cañones de un barco de la flota de Martín Padilla, la segunda Armada Invencible que perdió 25 naves el 28 de octubre de 1596, la armada de Martín Padilla sufría el azote del temporal frente a la Costa da Morte.
A principios de 2015, el investigador Rafael Lema y el buzo Ángel Samuel Herrera localizaron uno de esos pecios hundidos. Lema cree que se podría atribuir el pecio a un galeón de la Armada de Padilla o la Contrarmada inglesa de Norries y Drake de 1589 que perdió más de 70 naves en el ataque a nuestras costas y en la vuelta. Cree que se trata de artillería no producida en España, «pero na Armada de Padilla había barcos e canóns de moitas procedencias: ibéricas, croatas, italianas» y recalca el valor de Corrubedo y Ribeira como grandes cementerios marinos atlánticos.