viernes, abril 19, 2024
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Informan de la localización de dos cañones de bronce en Camariñas

LOCALIZAN DOS CAÑONES DE BRONCE DEL SIGLO XVIII EN CAMARIÑAS // IMÁGENES DE ARCHIVO. Portada-Cañón pedrero

Hasta cinco depósitos de restos navales antiguos lleva inventariados en los últimos años la Real Liga Naval Española en el tramo Punta do Castelo- Cabo Vilán, en Camariñas.

Precisamente este verano un equipo de la delegación en la Costa da Morte de esta centenaria entidad con sede en Madrid realizó dos visitas de inspección a uno de estos puntos, cerca de la Punta do Corno, para definir la situación en que se encuentran los restos allí depositados, pese a la dificultad de la visibilidad en época estival por la presencia de muchas algas y aguas turbias.

Tras este trabajo la RLNE confirma la existencia de dos cañones de bronce de pequeño calibre que pueden corresponder al tipo culebrina o cañón pedrero que se colocaban en las cubiertas de las fragatas o corbetas de la Real Armada o en las naves que hacían el servicio de Correos de S. M. entre A Coruña y el Río de la Plata en el siglo XVIII.

Su estado de conservación es bueno y no se encuentran en un lugar muy visible ni propenso a ser objeto de expolio, por lo que no quieren desde la RLNE por ahora dar sus coordenadas.

En principio, el delegado de la RLNE en la Costa da Morte Rafael Lema apunta en este dirección, y cree que de los cinco pecios de valor histórico que tienen inventariados en este corto tramo dos serían restos de fragatas de los Correos Marítimos.

En este lienzo costero se perdió el correo La Cantabria en 1773 y varó el correo Pizarro en 1764, que pudo ser reflotado. Otros barcos a los que podían corresponder algunos de los restos de los otros pecios de Camariñas son el Nimphe de 1762, un corso holandés de 1739, y dos posibles galeones españoles del siglo XVI.

Los cañones pedreros de bronce que se instalaban en los costados del buque, cofas y lanchas, en la Armada Española eran todos de retrocarga, siendo muy útiles en combates cercanos, a toca penoles, eficaces lanzando pequeños sacos de metralla de 28 balas. Al principio disparaban balas de piedra y pervivieron en el siglo XVIII.

Podían pesar 65 kilos y medir 1,5 metros de longitud, con un calibre de 2 o 3 libras. La movilidad y eficacia eran sus bazas.

La RLNE también localizó en su día y dio a conocer la existencia de dos cañones cerca de este nuevo pecio que fueron retirados por buzos de la Armada Española. Desde la entidad siguen sosteniendo, como en su día fijaron, antes de la extracción, que en este caso son piezas forjadas fuera de España, pertenecientes a de la fragata napolitana Las Dos Cathalinas al servicio de la Real Armada Española con soldados franceses repatriados del marqués de Lafayette, que habían participado en la Guerra de Independencia de EEUU, nave hundida el 18 de abril de 1783.

La RLNE por otra parte estima de interés los restos de madera y cinco cañones de dos posibles pecios en el entorno del puerto de Corme. Tras una inspección de estos materiales desde la RLNE apuntan de nuevo a que son del siglo XVIII, cuando España era la segunda potencia naval del mundo y el puerto coruñés estaba abierto al tráfico americano

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