INFORME DE LA RLNE SOBRE LA SUPUESTA ANCLA DEL HMS SERPENT
A VOLTAS CO SERPENT
A raíz de la intervención de tres anclas en una plaza pública de Muxía y la atribución de una de ellas a una supuesta procedencia del HMS Serpent perdido en Punta do Boi-Camariñas en 1890 la delegación provincial de la Real Liga Naval Española en A Costa da Morte-A Coruña quiere aportar su parte de conclusiones para esclarecer el origen y calidad del material incautado.
Dos de las anclas, del tipo hall, son modernas; usuales en nuestra flota pesquera actual, de bacas de arrastre de la familia del vecino afectado y sin mayor valor material ni por supuesto histórico. Ambas no proceden del fondo marino ni de naufragio alguno sino del patrimonio en desuso del armador. Una de ellas fue retirada del pesquero Costa da Barca aún en activo.
La tercera, más antigua y de menor calidad, de tipo almirantazgo, es la que se atribuyó al HMS Serpent. Es otra variedad también muy presente en nuestra flota menor de cabotaje, pequeños veleros o pesqueros, incluso tenemos fotos de barcos en el puerto de A Coruña en los años noventa con las mismas. El anclote de Muxía responde a un cepo atado a la caña, no de articulado, como el de tantos pataches motoveleros a diésel que navegaban por nuestra costa aun en los años setenta y muchos con matrícula local. Piezas de 15 a 25 libras para barcos de 30 a 60 pies, no para un crucero de guerra moderno de dos mil toneladas de porte, el más veloz de la Royal Navy, la mayor flota de guerra del mundo de su tiempo. En este caso es un anclote sin patente, sin numeración, de fundición de mala calidad. Un material que de ninguna manera prestaría servicio en tal buque de guerra, en una unidad naval de combate de tal calibre.
Por la investigación llevada a cabo por la delegación de la RLNE concluimos que se trata del anclote de un velero de cabotaje de escaso porte perdido frente al cabo Vilán posiblemente hace un siglo. Uno de tantos cormeños, mayormente gallegos, que entraban en nuestros puertos a principios del siglo XX en el tráfico con los puertos cántabros.
El áncora hace más de treinta años fue sacada del fondo del mar a 80 brazas, cerca de un caladero llamado O Crebal, bien conocido por nuestros viejos y jóvenes patrones de Muxía, Camariñas y aledaños. Por lo tanto, muy lejos de tierra y de la Punta do Boi, donde naufragó el crucero inglés. Hay testigos que confirman cuándo y cómo fue sacado este ferro liado en las volantas de un pesquero de Muxía. A varias millas del pecio del buque inglés.
En cuanto a las anclas que usaba el HMS Serpent, un crucero torpedero de guerra británico botado en 1887, contamos con testimonios gráficos y documentación naval que verifica el tipo y calidad de las mismas. Totalmente desacorde a los anclotes que desde hace tres décadas se podían ver en una plaza pública de Muxía, apostados contra la casa de un marinero. En una de las fotos, imagen sacada dos días antes de su fatídico viaje en noviembre de 1890, se puede observar su ancla de leva a proa, en el costado de babor. Bien se ve su tipo y condición, tamaño, y los característicos gruesos mapas en donde acaba el brazo. La enorme cadena que fue objeto de rescate de los buzos de Camelle en los años cincuenta corrobora las grandes medidas del ancla patente de cepo articulado. Una piezas de tres metros que pueden alcanzar mil kilos de peso, con una cadena que lo triplica y por ello era material apreciado por los desguazadores.
En otra imagen vemos la forma y tamaño de otra pieza en el lugar en donde a veces se ubica el áncora de respeto, en el centro del barco, aunque muy esquinada hacia popa. Solían ser mayores que las de leva; si los portillones del crucero tienen unos 33 cm nos da un largo de tres metros. Pero en este caso su disposición se hace inútil para su uso como un áncora y por ello debe tratarse de otro elemento con otra función. Al estudiar otras unidades navales y la estrategia de guerra de la época, que apunta ya a la era de los cruceros y acorazados de inicios del siglo XX, estaríamos ante una articulación de la escala real, pescantes del sistema defensivo de redes antitorpedos, como un puntal con doble bisagra para desplegarlas.
En una tercera foto, el barco fondeado en Devonport el día de la botadura tiene echadas un ancla de codera a popa y la de proa, ambas con gruesas cadenas que apuntan a grandes dimensiones de las áncoras. Para incordio de malos navegantes de la verdad contamos con las fotos del Serpent dos días antes de su definitivo viaje a Camariñas, todo pintado de un blanco similar al gris naval, también las anclas de babor, cuya prestancia y poderío son bien palpables. Aunque es notorio el silencio de supuestos expertos gallegos ante la noticia del falso hallazgo, en Gran Bretaña en las redes son muchas las voces de especialistas que se hacen eco del ridículo internacional de la operación.
Rafael Lema Mouzo, delegado provincial de la RLNE Costa da Morte- A Coruña.