Dos expertos en patrimonio subacuático han descartado que las tres anclas incautadas recientemente en Muxía estén relacionadas con el HMS Serpent, el barco de guerra británico que naufragó en la Costa da Morte en 1890.
Tanto Rafael Lema, delegado provincial de la Real Liga Naval Española, como Carlos San Claudio, experto en salvamento marítimo y desguace de barcos, han coincidido en que ninguna de las piezas corresponde al histórico buque, aclarando así la controversia generada tras la intervención de la Guardia Civil.
Una atribución errónea
El origen del debate radica en un informe solicitado al Área de Patrimonio Cultural Subacuático de la Federación Española de Actividades Subacuáticas (FEDAS), que según las autoridades clasificó una de las anclas como de tipo “almirantazgo”, un diseño utilizado por la Royal Navy en el siglo XIX. Este hallazgo llevó a especulaciones mediáticas que vinculaban la pieza con el HMS Serpent.
Las tres anclas llevaban décadas expuestas en la fachada de la casa de un marinero de Muxía y fueron incautadas, abriéndose una investigación judicial y depositando estos utensilios en el Museo de Man de Camelle.
Sin embargo, Lema y San Claudio refutaron esta hipótesis basándose en las características físicas y el contexto histórico de las anclas.
Rafael Lema señaló que «ninguna de las anclas recuperadas en Muxía son del HMS Serpent». Según el delegado, la pieza atribuida al crucero británico es, en realidad, un anclote típico de pequeñas embarcaciones mercantes o pesqueras.
«Eran usuales en goletas o ketch, y no se puede atribuir a un crucero de guerra de cerca de dos mil toneladas el uso de un anclote de este tamaño y calidad», afirmó, añadiendo que estas piezas probablemente pertenecieron a pequeños mercantes hundidos hace más de un siglo en la costa de Camariñas.
Opiniones coincidentes
Carlos San Claudio, entrevistado en el programa “Na Encrucillada” de Radio Xallas, respaldó esta opinión. Según el experto, «ninguna de las tres es del Serpent«. Dos de las anclas, explicó, son modernas y corresponden a barcos pesqueros de litoral que suelen utilizarse en parejas para arrastre.
La tercera, aunque más antigua y de tipo almirantazgo, tiene una «fundición muy mala, sin patente», lo que descarta su asociación con un buque de guerra como el Serpent, cuyas anclas superarían los mil kilos de peso y tendrían una calidad significativamente superior.
San Claudio también sugirió que la confusión pudo surgir por la silueta de una pieza que pudo ser confundida con una red antitorpedos o una articulación característica de los barcos militares de la época. «No son anclas de valor, más que para verla en la fachada de casa de un marinero», concluyó. Rafael Lema difundió un informe en el que explicaba detalladamente su opinión.
FOTO PORTADA- GABRIEL CERNADAS